Una vez ingresada, la gestante con cesárea programada bajará al quirófano del Paritorio junto a su acompañante. En caso de cesárea por no progresión de parto, pasarán desde la sala de dilatación. El acompañante se vestirá con pijama desechable, gorro, calzas y mascarilla quirúrgica en la habitación de la paciente en la Unidad de Hospitalización de Obstetricia. La matrona guiará al acompañante al quirófano por la puerta de acceso situada a la cabecera de la paciente y se sentará al lado derecho de ésta, en un taburete.
En el quirófano los niveles de ruido y luz se mantiene lo más bajo posible y la temperatura adecuada para el confort del bebé. Se dispone de paños, empapadores y gorros calientes, pinza de cordón y pulsera identificativa. A la madre se la monitoriza colocando los electrodos en hombros o espalda para favorecer el contacto piel con piel con el recién nacido. La matrona coloca al bebé sobre el pecho materno y realiza la identificación inequívoca del recién nacido mediante huella plantar, pulsera en el tobillo y pinza de cordón numerada.
La madre, con el recién nacido en contacto piel con piel, y su acompañante, son trasladados a la Unidad de Recuperación Postanestésica vigilados por anestesiólogo, enfermera de quirófano y matrona. Los cuidados de madre y recién nacido los realiza la enfermera del bloque quirúrgico con el apoyo de la matrona el tiempo que le permita la actividad asistencial del Paritorio, hasta que la diada madre-recién nacido sean dados de alta a la Unidad de Hospitalización de Obstetricia.