El duelo es una experiencia que siempre conlleva impacto emocional.
Generalmente, en las instituciones sanitarias la tendencia es concluir con nuestra labor una vez llegada la muerte del paciente. Sin embargo, en diálisis la adherencia terapéutica es infinitamente más relevante. Se trata de pacientes crónicos que acuden a un servicio hospitalario en el que generan un vínculo mucho más cercano en las relaciones interpersonales con el equipo profesional.
Por ello, se pretende destacar la necesidad en el servicio de diálisis de establecer unas pautas y claves que ayuden a los profesionales a organizar y abordar la situación del duelo, ofrecer modelos de intervención y estructurales a partir de un registro-tipo enfocado en el servicio y una carta-tipo de condolencias, con los que finalmente conseguir un cierre de la relación del equipo profesional-paciente crónico fallecido-doliente del fallecido.
OBJETIVOS:
Gestionar el abordaje del proceso del duelo de los dolientes de los pacientes crónicos fallecidos de la unidad de diálisis mediante un registro específico de recogida de datos y la formalización de una carta de condolencias.
METODOLOGÍA:
Consiste en realizar un registro-tipo de recogida de datos específico del servicio de diálisis que nos permita gestionar la situación de duelo hacia los dolientes, además de valorar y validar la redacción y entrega de una carta de condolencias sobre el fallecido en cuestión, ya que, no todos los pacientes y sus dolientes se encuentran en las mismas condiciones con el servicio, y no todos son susceptibles de recibirla.
Para ello, se tienen en cuenta ciertos criterios de exclusión que ayudarán en forma de cribado y en la toma de decisión final.
Una vez se determine formalizar finalmente una carta de condolencias, se tendrán en cuenta unas consideraciones generales, así como, unas fases estructurales de redacción de la misma desarrolladas de forma muy detallada.
RESULTADOS:
La escasez de referencias sobre el duelo y su abordaje en los servicios hospitalarios limita la posibilidad de mejora en el sector, modificación del enfoque o de añadir otros aspectos que resulten necesarios.
Desde la puesta en marcha de esta iniciativa en Junio de 2019, se han registrado un total de 80 personas fallecidas. Se envió carta de condolencias a 62 de las familias, y las otras 18 no fueron susceptibles de aplicabilidad del protocolo debido a alguno de los criterios de exclusión.
Cabe destacar que es difícil registrar si ha habido respuesta y mediante qué medio, ya que muchas de las reacciones se han producido a través de llamadas telefónicas, visitas personales o encuentros casuales, que son difíciles de registrar. Pero podemos afirmar que en general hemos recibido respuestas positivas y de agradecimiento por parte de los allegados de las personas fallecidas.
En conclusión, la aparición de duelo complicado sólo podría minimizarse con la identificación de factores de riesgo previos y de protección. En nuestras manos queda dejar patente la disponibilidad del equipo más allá del fallecimiento, generando una fuente de consuelo y apoyo para los dolientes.