Implantación de un espacio de calma y confort como herramienta terapéutica en salud mental

Red de Salud Mental de Araba - Hospital Psiquiátrico de Álava (Osakidetza- Servicio Vasco de Salud)
María Olarizu Olalde Ortiz , Paloma González Fontecha, Flora Murua Navarro, Mónica Aguado García, María Gamarra Hernández, Leticia Zubiaga Murgialday, Elena Ferreiro Tiemblo, Carmen Suarez Urquiza
La implantación de una sala confort sensorial en un área de salud mental como una herramienta terapéutica más que complemente nuestra práctica habitual se puede hacer de muchas formas, pero creemos que hacerlo de manera humanizada ha sido el objetivo principal de este proyecto contando con la persona con enfermedad mental como centro de la atención especializada que prestamos, sin obviar la participación e implicación en el proyecto de los/as profesionales.
La investigación relacionada evidencia que las salas confort contribuyen a empoderar a las personas ingresadas, para que sean parte activa de su recuperación y entrenen su autocontrol en situaciones de ansiedad o crisis, buscando un espacio de intimidad en el que puedan estar acompañadas o no.
Este estudio se ha focalizado de manera innovadora en un área de rehabilitación funcional de un hospital psiquiátrico, donde se atiende a personas con trastorno mental grave de larga evolución. Varios son los motivos que llevan a la implantación de la sala confort en este espacio. Entre ellos, mejorar su calidad de vida y la búsqueda de alternativas terapéuticas a las medidas coercitivas para el manejo de la agitación psicomotriz (contenciones mecánicas, aislamientos), el ser conscientes de la importancia de los espacios en la vida de las personas o la filosofía de trabajo en nuestros entornos.
Pacientes y profesionales han trabajado en equipo en la elaboración de la sala, enfocado a lo que los/las propios/as pacientes entienden por bienestar, confort, tranquilidad desde el manejo ambiental, eligiendo algunos elementos que forman parte de ella.
Se ha profundizado individualmente en las preferencias de cuidado (qué necesitan, qué les ayuda, qué les altera o qué les alivia en una crisis) a través de una ficha personal, adaptando el lenguaje y vía de comunicación según las necesidades del paciente para hacer la información accesible a nivel cognitivo (Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación, lengua de signos). En algunos casos se ha ampliado información colaborando con su entorno. Esta práctica, ha ayudado a mejorar la relación terapéutica, la confianza, la calidad y la seguridad, actuando desde la prevención de la agitación y el bienestar.
La sala es dinámica e irá variando según se detecten nuevas necesidades en la atención continuada.
La implantación de la sala se ha acompañado de formación y entrenamiento actitudinal en desescalada verbal, control de emociones y manejo de situaciones difíciles a los/las profesionales. Previo a su implantación, 3 meses después y un año después, también se han recogido valoraciones subjetivas de 46 profesionales en relación a la sala (miedos, incertidumbres, pensamientos, creencias).
Hemos evaluado la satisfacción subjetiva de pacientes y profesionales de enfermería de salud mental tras el uso de la sala, concluyendo que ambos grupos reconocen que la sala ha sido de ayuda para recuperar la calma y el autocontrol, como alternativa respetuosa con la dignidad de las personas con enfermedad mental, humanizando los cuidados proporcionados.
La sala lleva en funcionamiento desde mayo de 2021, y los resultados obtenidos hasta este momento han demostrado un gran beneficio para los pacientes.
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