Para una mejor adaptación a esta nueva etapa de su vida, hay que verlos como un todo y no solo como una enfermedad; es fundamental dar un trato más humano. Los profesionales debemos aprender a desarrollar ciertas habilidades, y a estar en continuo aprendizaje para poder revertir estos sentimientos negativos en los niños, adaptándonos a cada niño/familia con el objetivo de humanizar la estancia, haciéndola más cómoda y cálida, ayudando así, a que niños y familiares reduzcan los sentimientos que suelen aparecer durante el tiempo de ingreso, y mejorar la calidad de la atención prestada.
Mediante la atención centrada en el niño/familia, el cuidado enfermero es percibido como trato digno y amable donde conocerlos es importante para realizar los cuidados, garantizando un cuidado humano, diferente y trascendental, con una visión holística del niño oncológico hospitalizado.
Con la incorporación a los cuidados, de la familia y de las técnicas de distracción-juego y técnicas de relajación en los protocolos de los procedimientos de nuestra unidad, garantizamos una atención centrada en el niño y en que su bienestar integral constituya el eje central del diseño y desarrollo de los cuidados sanitarios.
Como resultado se produce un aumento de la cooperación de los niños y disminución del miedo ante situaciones desconocidas, la humanización de los cuidados mejora la estancia del niño en la unidad.
El trabajo que se está realizando contribuye a actualizar la situación del Servicio, desde el punto de vista de la humanización, concretando las fortalezas y los principales puntos de mejora para asegurar dicha humanización y el respeto a la dignidad de los niños ingresados. Constituye una herramienta para la mejora de la calidad de la atención prestada.