Área Sanitaria Ourense, Verín y o Barco
Yasmín López Méndez (Nutricionista Pediatría Área de Ourense, Verín y o Barco), María Piñón Vila (Nutricionista Crónicos Centro de Salud O Couto), Irene Miras Vázquez (Nutricionista Crónicos Centro de Salud A Valenza), Cristina Vargas González (Nutricionista Centro de Salud A Carballeira), Alba García Cid (Nutricionista Centro de Salud A Ponte), Marta Cid Fernández (Nutricionista Centro de Salud Novoa Santos), Miguel Portomeñe Rojo (Nutricionista Área Celanova- Bande- Castro Caldelas), Verónica Civeira Pérez (Supervisora Área atención á cronicidade), Carlos Vermello Arce (Gabinete de comunicacion área sanitaria Ourense, O Barco e Verín), Josefa Rodríguez Araujo (Subdirectora de enfermería atención primaria)
Como profesionales sanitarios, creemos que las intervenciones en materia de salud pública, persiguen beneficios masivos y mayor salud para toda la población, sobre todo en las etapas iniciales del desarrollo humano, en cuanto a aprendizaje e interiorización de conductas sanas. Actuación al por mayor con esfuerzos perseverantes de educación sanitaria. Estas actividades se implementarán a lo largo del año en 116 colegios de la capital y provincia de Ourense según disponibilidad horaria de los mismos y con una duración de aproximadamente una hora y media cada taller, en función siempre del número de niños a los que va dirigido.
La iniciativa de la actividad educacional sanitaria «Comendo Cores» surge de la necesidad de instaurar hábitos de alimentación sanos como consecuencia de la alta prevalencia de obesidad infantil, y como nutricionistas debemos poner soluciones a problemas masivos.
La interacción entre juegos dinámicos y el desarrollo de habilidades del pensamiento crítico de los niños y niñas es importante para fomentar este conocimiento nutricional. No solo es necesario poner la vista en una única enfermedad, sino incrementar los niveles de salud, puesto que los estilos de vida, en este caso de alimentación consciente son opciones de libre elección de la conducta humana y uno de los factores que más influyen en el concepto «salud y bienestar». A pesar de lo conocido que es este problema en el desarrollo de conductas insanas, seguimos padeciendo epidemias de aspecto gigantesco, que debemos detener y que afectan mucho a los jóvenes .
De tal modo, que esta iniciativa didáctica y saludable como intervención de salud pública, no se dirige a las personas individuales para ayudarles a mejorar su conducta y hábitos sino a grupos de personas, de una manera comunitaria.
Si un niño o niña conoce los buenos principios de un patrón alimentario saludable, puede darse el gusto de comer sano y disfrutar de la comida. El aprendizaje que se deben llevar de esta intervención es que se puede comer bien de una forma rica, sabrosa y apetecible sin perjudicar la salud.
Bien es sabido que grandes estudios epidemiológicos diseñados y construidos con rigor científico y sometidos a la exigente criba de publicaciones en revistas de primera línea han permitido contar los miles de muertes prematuras provocadas por la invasión de productos procesados y ultraprocesados que invaden los supermercados y las superficies comerciales y que producen efectos perversos en el funcionamiento del cuerpo, debido a su bajo nivel nutricional y alto valor energético.
Por ello, al utilizar el ámbito educativo, como herramienta para cambiar y educar en hábitos alimentarios saludables, con exquisito respeto a la libertad, ayudaremos a que cada infante y su familia tomen deliberadamente las decisiones sobre su conducta alimentaria que mejorarán más su salud: los informamos, razonamos con ellos, los motivamos, reforzamos las respuestas y conductas y facilitamos la identificación de conductas alimentarias insanas.
También es necesario comentar que habrá que ir más allá, y todos juntos como salmones río arriba, cambiar el ambiente obesogénico, para hacer elecciones más sanas. Esto es muy decisivo, incluye la legislación alimentaria, publicidad, marketing sanitario, disponibilidad de recursos, etc. para que casi sin esfuerzo desde edades tempranas le resulte más atrayente y por lo tanto, más fácil de cumplir. Una vez que se logra cambiar el ambiente, se logra que una población acepte e incorpore la nueva norma saludable. Evitar entrar en un bucle en el que posteriormente esperamos que siempre venga la tecnología para solucionar los problemas derivados de los estilos de vida averiados, en vez de intentar solucionarlos por los medios más directos, de eficacia comprobada y que están al alcance de nuestra mano. Sí, modificar conductas es posible.
La iniciativa de la actividad educacional sanitaria «Comendo Cores» surge de la necesidad de instaurar hábitos de alimentación sanos como consecuencia de la alta prevalencia de obesidad infantil, y como nutricionistas debemos poner soluciones a problemas masivos.
La interacción entre juegos dinámicos y el desarrollo de habilidades del pensamiento crítico de los niños y niñas es importante para fomentar este conocimiento nutricional. No solo es necesario poner la vista en una única enfermedad, sino incrementar los niveles de salud, puesto que los estilos de vida, en este caso de alimentación consciente son opciones de libre elección de la conducta humana y uno de los factores que más influyen en el concepto «salud y bienestar». A pesar de lo conocido que es este problema en el desarrollo de conductas insanas, seguimos padeciendo epidemias de aspecto gigantesco, que debemos detener y que afectan mucho a los jóvenes .
De tal modo, que esta iniciativa didáctica y saludable como intervención de salud pública, no se dirige a las personas individuales para ayudarles a mejorar su conducta y hábitos sino a grupos de personas, de una manera comunitaria.
Si un niño o niña conoce los buenos principios de un patrón alimentario saludable, puede darse el gusto de comer sano y disfrutar de la comida. El aprendizaje que se deben llevar de esta intervención es que se puede comer bien de una forma rica, sabrosa y apetecible sin perjudicar la salud.
Bien es sabido que grandes estudios epidemiológicos diseñados y construidos con rigor científico y sometidos a la exigente criba de publicaciones en revistas de primera línea han permitido contar los miles de muertes prematuras provocadas por la invasión de productos procesados y ultraprocesados que invaden los supermercados y las superficies comerciales y que producen efectos perversos en el funcionamiento del cuerpo, debido a su bajo nivel nutricional y alto valor energético.
Por ello, al utilizar el ámbito educativo, como herramienta para cambiar y educar en hábitos alimentarios saludables, con exquisito respeto a la libertad, ayudaremos a que cada infante y su familia tomen deliberadamente las decisiones sobre su conducta alimentaria que mejorarán más su salud: los informamos, razonamos con ellos, los motivamos, reforzamos las respuestas y conductas y facilitamos la identificación de conductas alimentarias insanas.
También es necesario comentar que habrá que ir más allá, y todos juntos como salmones río arriba, cambiar el ambiente obesogénico, para hacer elecciones más sanas. Esto es muy decisivo, incluye la legislación alimentaria, publicidad, marketing sanitario, disponibilidad de recursos, etc. para que casi sin esfuerzo desde edades tempranas le resulte más atrayente y por lo tanto, más fácil de cumplir. Una vez que se logra cambiar el ambiente, se logra que una población acepte e incorpore la nueva norma saludable. Evitar entrar en un bucle en el que posteriormente esperamos que siempre venga la tecnología para solucionar los problemas derivados de los estilos de vida averiados, en vez de intentar solucionarlos por los medios más directos, de eficacia comprobada y que están al alcance de nuestra mano. Sí, modificar conductas es posible.
Obesidad infantil, educación para la salud, comunitaria, taller, colegio, unidades de apoyo