OTRO
FREMAP, MUTUA COLABORADORA CON SEGURIDAD SOCIAL Nº 61.
Otro
Lourdes Belda Aparicio
Belda Aparicio, Lourdes, Crespo Barreiro, Paula, Fernández García, Inmaculada, García Ortega, Pablo, Miranda Macías, Marta Beatriz, Moreno Castillo, María del Carmen, Rodríguez Bollo, Nieves, Ruíz Gómez, Ángela María, ,
Resumen ejecutivo
El protocolo de atención psicosocial en emergencias se encuadra como proyecto de innovación en la gestión de trabajo social sanitario en tanto que comprende una nueva propuesta de competencias profesionales, ante la inexistencia de prácticas previas dentro del sistema de salud, procurando una acción inmediata en situaciones complejas, como son los grandes accidentes, que por medio de una serie de acciones coordinadas dan respuesta a las necesidades de las empresas, personas afectadas y familiares/allegados de las víctimas siempre procurando una atención desde la humanización.
JUSTIFICACIÓN
Las Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social se encuentran condicionadas a la normativa de Seguridad Social que regula la actividad de estas y le otorga competencias en materia de prevención, prestaciones económicas y asistencia sanitaria derivadas de accidentes laborales, enfermedades profesionales y contingencias comunes.
Siguiendo la memoria anual de 2022, el total de personas protegidas por nuestra entidad fue de 4.997.622. En dicho ejercicio se produjeron un total de 169.383 procesos con baja médica, siendo 167.589 derivados de Accidente de Trabajo , y finalizando los procesos de incapacidad temporal en prestaciones por incapacidad permanente, muerte y supervivencia un tal de 2.838, entre los que se incluyen procesos de enfermedad profesional.
Desde FREMAP, se entiende que las prestaciones económicas no son suficientes para paliar las consecuencias que genera el AT, por ello es necesario que el accidente laboral se aborde desde una perspectiva integral, incluyendo los determinantes sociales en salud.
Por ello, el área de trabajo social de la Mutua FREMAP, está formada por 36 profesionales distribuidas en diecisiete direcciones regionales y cuatro centros hospitalarios, que dan cobertura a nivel nacional y se integran dentro de los equipos multidisciplinares atendiendo no sólo a los cuidados sanitarios para la enfermedad, sino también a los cuidados personales y del entorno, con objeto de estudiar y comprender la salud como una realidad compleja (Belda; Fernández; Castillo y Gómez 2020: 57), es decir, desde una perspectiva biopsicosocial.
En este sentido, las funciones propias del área de trabajo social de las Mutuas Colaboradoras con Seguridad Social son las propias del Trabajo Social Sanitario , el cual toma como punto de partida el diagnóstico médico tras el AT, lo contextualiza, y elabora un diagnóstico social sanitario, en torno al que se articularán los diferentes procesos de atención y apoyo, tanto al paciente, como a sus familiares y/o red social (Colom, 2010: 109-119).
Es a raíz del quehacer diario de la práctica profesional y de las necesidades detectadas por las trabajadoras sociales en los propios relatos de las personas accidentadas, desde donde parte el Protocolo de Atención Psicosocial en Emergencias que se presenta ya que, los AT, cuando son de gran magnitud, pueden generar situaciones de crisis sobrevenidas que alteran el funcionamiento de los diferentes sistemas y subsistemas: empresa, personas trabajadoras y familiares.
Para poder dar respuesta a estas situaciones, en el año 2016 se creó el Grupo de Intervención Psicosocial en Emergencias por AT, el cual comenzó a implementarse en el año 2018 procurando una atención especializada en la primera fase del accidente a las personas trabajadoras de la empresa donde haya ocurrido el accidente, por haberlo sufrido o por haberlo presenciado; a los familiares directos; y a los empresarios/as y departamentos de recursos humanos y/o prevención de las empresas afectadas, que ayude a disminuir el estrés colectivo que genera la situación de emergencia.
El protocolo persigue dar respuesta, por tanto, a aquellas situaciones que puedan requerir de una atención especial por cómo se producen o por la magnitud de las personas afectadas y que requieran de una acción inmediata ya que, tras el suceso en la empresa, se puede desarrollar una tensión emocional que produzca alteraciones fisiológicas, cognitivas y conductuales.
Con esta primera atención inmediata se procura humanizar la atención a las personas que se encuentran atravesando una situación de estrés agudo y disminuir la posible aparición de un trastorno por estrés postraumático.
Los objetivos específicos del proyecto serían los siguientes:
-De organización y funcionamiento de la emergencia:
oActuar en la primera fase del accidente.
oActivar y coordinar recursos internos y externos.
oSensibilizar a las empresas de la importancia de los riesgos psicosociales en la emergencia.
oPromover la visibilidad del Protocolo de Atención Psicosocial en Emergencias de Trabajo Social.
-Intervención a nivel psicosocial:
oHumanizar la atención inmediata en situaciones de emergencia por Accidente de Trabajo.
oPotenciar la regulación emocional a través de trabajo social de grupo.
oProcurar un acompañamiento especializado a los familiares de la/s víctima/s.
oIdentificar situaciones vulnerables.
oPrevenir la incapacidad temporal derivada de trastorno de estrés postraumático como consecuencia del accidente.
Siguiendo la memoria anual de 2022, el total de personas protegidas por nuestra entidad fue de 4.997.622. En dicho ejercicio se produjeron un total de 169.383 procesos con baja médica, siendo 167.589 derivados de Accidente de Trabajo , y finalizando los procesos de incapacidad temporal en prestaciones por incapacidad permanente, muerte y supervivencia un tal de 2.838, entre los que se incluyen procesos de enfermedad profesional.
Desde FREMAP, se entiende que las prestaciones económicas no son suficientes para paliar las consecuencias que genera el AT, por ello es necesario que el accidente laboral se aborde desde una perspectiva integral, incluyendo los determinantes sociales en salud.
Por ello, el área de trabajo social de la Mutua FREMAP, está formada por 36 profesionales distribuidas en diecisiete direcciones regionales y cuatro centros hospitalarios, que dan cobertura a nivel nacional y se integran dentro de los equipos multidisciplinares atendiendo no sólo a los cuidados sanitarios para la enfermedad, sino también a los cuidados personales y del entorno, con objeto de estudiar y comprender la salud como una realidad compleja (Belda; Fernández; Castillo y Gómez 2020: 57), es decir, desde una perspectiva biopsicosocial.
En este sentido, las funciones propias del área de trabajo social de las Mutuas Colaboradoras con Seguridad Social son las propias del Trabajo Social Sanitario , el cual toma como punto de partida el diagnóstico médico tras el AT, lo contextualiza, y elabora un diagnóstico social sanitario, en torno al que se articularán los diferentes procesos de atención y apoyo, tanto al paciente, como a sus familiares y/o red social (Colom, 2010: 109-119).
Es a raíz del quehacer diario de la práctica profesional y de las necesidades detectadas por las trabajadoras sociales en los propios relatos de las personas accidentadas, desde donde parte el Protocolo de Atención Psicosocial en Emergencias que se presenta ya que, los AT, cuando son de gran magnitud, pueden generar situaciones de crisis sobrevenidas que alteran el funcionamiento de los diferentes sistemas y subsistemas: empresa, personas trabajadoras y familiares.
Para poder dar respuesta a estas situaciones, en el año 2016 se creó el Grupo de Intervención Psicosocial en Emergencias por AT, el cual comenzó a implementarse en el año 2018 procurando una atención especializada en la primera fase del accidente a las personas trabajadoras de la empresa donde haya ocurrido el accidente, por haberlo sufrido o por haberlo presenciado; a los familiares directos; y a los empresarios/as y departamentos de recursos humanos y/o prevención de las empresas afectadas, que ayude a disminuir el estrés colectivo que genera la situación de emergencia.
El protocolo persigue dar respuesta, por tanto, a aquellas situaciones que puedan requerir de una atención especial por cómo se producen o por la magnitud de las personas afectadas y que requieran de una acción inmediata ya que, tras el suceso en la empresa, se puede desarrollar una tensión emocional que produzca alteraciones fisiológicas, cognitivas y conductuales.
Con esta primera atención inmediata se procura humanizar la atención a las personas que se encuentran atravesando una situación de estrés agudo y disminuir la posible aparición de un trastorno por estrés postraumático.
Los objetivos específicos del proyecto serían los siguientes:
-De organización y funcionamiento de la emergencia:
oActuar en la primera fase del accidente.
oActivar y coordinar recursos internos y externos.
oSensibilizar a las empresas de la importancia de los riesgos psicosociales en la emergencia.
oPromover la visibilidad del Protocolo de Atención Psicosocial en Emergencias de Trabajo Social.
-Intervención a nivel psicosocial:
oHumanizar la atención inmediata en situaciones de emergencia por Accidente de Trabajo.
oPotenciar la regulación emocional a través de trabajo social de grupo.
oProcurar un acompañamiento especializado a los familiares de la/s víctima/s.
oIdentificar situaciones vulnerables.
oPrevenir la incapacidad temporal derivada de trastorno de estrés postraumático como consecuencia del accidente.
PLANIFICACIÓN Y/ O CRONOGRAMA
Puede considerarse que la planificación del Protocolo de Emergencias por AT es uno de los puntos fuertes del proyecto dado que pretende procurar organización al caos en por sí misma genera la situación de emergencia devenida del hecho traumático. En este sentido, disponemos de una metodología para el desarrollo del mismo, la cual tiene que ser adaptada a cada situación en particular.
La planificación del Protocolo de Emergencias se desarrolla en relación con las fases de la Emergencia, la cual se divide en tres momentos definidos: pre-impacto; impacto y post-impacto.
La fase de Pre-impacto, también denominada pre-emergencia, se trata de la fase en la que se desarrollan tanto las actividades preventivas, orientadas a que el accidente no ocurra; así como la elaboración de protocolos por si el accidente ocurriera. Esta fase incluye también el entrenamiento de las intervinientes a través de la participación en simulacros.
Teniendo en cuenta de que cada emergencia es diferente, los protocolos de organización y funcionamiento sirven para procurar la planificación inicial, pero debemos tener presente que se requiere una gran capacidad de adaptación a cada suceso dado que las necesidades que surjan pueden ser muy diferentes en cada situación.
En relación con la Fase de Impacto, se trata de la activación de la situación de Emergencia en sí misma, que será desarrollada en el apartado de desarrollo y ejecución.
Por último, la Fase de Post-impacto o Post-emergencia es aquel en el que, tras el primer momento crítico, se debe continuar la intervención de una manera más sosegada. En este momento se ha de continuar el acompañamiento a las víctimas para la vuelta a la normalidad, realizar la evaluación de la emergencia y valorar el estado de las profesionales intervinientes en la emergencia. Esta última parte será descrita en el apartado de evaluación y revisión del proyecto.
La planificación del Protocolo de Emergencias se desarrolla en relación con las fases de la Emergencia, la cual se divide en tres momentos definidos: pre-impacto; impacto y post-impacto.
La fase de Pre-impacto, también denominada pre-emergencia, se trata de la fase en la que se desarrollan tanto las actividades preventivas, orientadas a que el accidente no ocurra; así como la elaboración de protocolos por si el accidente ocurriera. Esta fase incluye también el entrenamiento de las intervinientes a través de la participación en simulacros.
Teniendo en cuenta de que cada emergencia es diferente, los protocolos de organización y funcionamiento sirven para procurar la planificación inicial, pero debemos tener presente que se requiere una gran capacidad de adaptación a cada suceso dado que las necesidades que surjan pueden ser muy diferentes en cada situación.
En relación con la Fase de Impacto, se trata de la activación de la situación de Emergencia en sí misma, que será desarrollada en el apartado de desarrollo y ejecución.
Por último, la Fase de Post-impacto o Post-emergencia es aquel en el que, tras el primer momento crítico, se debe continuar la intervención de una manera más sosegada. En este momento se ha de continuar el acompañamiento a las víctimas para la vuelta a la normalidad, realizar la evaluación de la emergencia y valorar el estado de las profesionales intervinientes en la emergencia. Esta última parte será descrita en el apartado de evaluación y revisión del proyecto.
ENFOQUE
El principal objetivo de nuestro proyecto es procurar una atención psicosocial en la primera fase del AT, por lo que el enfoque o modelos que tienen una mayor influencia en el desarrollo del proyecto son el modelo psicosocial, de intervención en crisis, que pueden implementarse a través de la gestión de casos o el trabajo social de grupo.
Como hemos hecho referencia anteriormente, el accidente supone una crisis sobrevenida que son caracterizadas por una desorganización emocional e incluso un posible colapso inicial en las estrategias de afrontamiento. Mientras que, el modelo de intervención en crisis tiene como objetivo apoyar para ese afrontamiento al hecho traumático disminuyendo, por tanto, la probabilidad de efectos psicosociales negativos aumentando las posibilidades de aprendizaje de nuevas perspectivas vitales.
Asimismo, no podemos olvidar la necesidad de dotar el proyecto de un enfoque interseccional, introduciendo variable cultural y de género en la gestión de casos tras los accidentes graves, teniendo en cuenta las desigualdades estructurales que puedan incidir en las personas y, por ende, en su entorno.
Como hemos hecho referencia anteriormente, el accidente supone una crisis sobrevenida que son caracterizadas por una desorganización emocional e incluso un posible colapso inicial en las estrategias de afrontamiento. Mientras que, el modelo de intervención en crisis tiene como objetivo apoyar para ese afrontamiento al hecho traumático disminuyendo, por tanto, la probabilidad de efectos psicosociales negativos aumentando las posibilidades de aprendizaje de nuevas perspectivas vitales.
Asimismo, no podemos olvidar la necesidad de dotar el proyecto de un enfoque interseccional, introduciendo variable cultural y de género en la gestión de casos tras los accidentes graves, teniendo en cuenta las desigualdades estructurales que puedan incidir en las personas y, por ende, en su entorno.
DESARROLLO Y EJECUCIÓN
La atención y soporte se despliega en las 72 horas posteriores al evento traumático y es activada por la directora del área de trabajo social, tras la comunicación del accidente por la trabajadora social de zona y que, esta a su vez será informada por el gestor/a de la empresa mutualista.
El equipo está formado por 8 trabajadoras sociales, y recientemente se ha creado un grupo de retén de 12 compañeras más para poder dar cobertura a nivel nacional, contando todas ellas con la formación necesaria en materia de intervención en emergencias.
Una vez el protocolo es activado por la directora de área, el equipo interviniente en la emergencia tiene que estar formado por un mínimo de dos trabajadoras sociales, y será ampliado, en el caso de ser necesario, por la directora del área en función de la magnitud, el número de afectados y el tiempo de activación de la emergencia. En función de dichas variables los niveles de emergencia, en los que profundizaremos más adelante, serían tres:
-Nivel 1: Intervención exclusiva con personal de la empresa, tras haberse producido un accidente grave en las instalaciones de esta.
-Nivel 2: Intervención en accidente múltiple en el que se producen varios fallecimientos o personas lesionadas.
-Nivel 3: Intervención en una gran emergencia o catástrofe con multitud de víctimas.
En cualquiera de los tres niveles nos encontraríamos frente a una emergencia social ya que, todas las situaciones conllevarían problemáticas sociales asociadas al generarse una situación objetivas de desprotección inicial, donde la persona podría encontrarse, de repente, sin medios personales, familiares y/o sociales que le proporcionen el apoyo o sustento necesario para las necesidades básicas.
Este sentimiento no solo es percibido por los trabajadores, sino que los directores/as, personal de recursos humanos, o los/as técnicos/as de prevención de la empresa también pueden sentir cierto desconcierto dependiendo, siempre, del nivel de la emergencia del que pueda derivarse el accidente de trabajo. Es por ello, que este protocolo está dirigido a todas las personas que van a intervenir en la emergencia ya sea de forma directa o indirecta.
En rasgos generales, las funciones del equipo de trabajo social en emergencias se pueden dividir principalmente de dos tipos: de carácter operativo y de gestión; y de intervención de carácter psicosocial.
En cuanto a las funciones de carácter operativo y de gestión de la emergencia:
-Valoración inicial de la situación de la emergencia con objeto de proporcionar una trabajadora social de referencia a la empresa protegida por FREMAP que acompañe a la persona referente (CEO, director/a; técnico de prevención; etc.) y poder prestar un asesoramiento en la gestión de la propia emergencia.
-Gestión de bases de datos y organización de la información.
-Realizar contacto con las personas afectadas, familiares y/o allegados, aportándoles información (esta función variará dependiendo del nivel de la emergencia)
-Mediación entre afectados y sistemas intervinientes como centros hospitalarios, servicios sociales, Seguridad Social, etc.
-Apoyar en la gestión de las posibles prestaciones (viudedad, orfandad, etc.)
-Aquellas funciones que puedan derivarse en el momento de la emergencia.
En cuanto a las funciones de intervención de carácter psicosocial:
-Proporcionar apoyo a las personas afectadas (empresarias/os y trabajadoras/es afectados), y si fuera necesario a sus familiares, para desarrollar las respuestas emocionales, intelectuales, cognitivas y sociales adaptativas a la reacción del trastorno de estrés agudo.
-Reforzar y canalizar las reacciones espontáneas de apoyo mutuo.
-Apoyar y auxiliar en el manejo de sentimientos y emociones.
-Evaluar las necesidades de acciones grupales.
-En el caso de existir fallecidos, realizar acompañamiento a los familiares en la gestión del duelo.
Con respecto a la gestión de la documentación, ésta ha sido creada por el grupo, y ha ido sufriendo modificaciones para su mejora ya que, no sirve tanto de facilitador de recogida de datos para la organización inicial, así como para la evaluación, en un momento posterior. Esta información es organizada en canales internos de la organización, que nos permiten tener la información en tiempo real, así como nos brinda la seguridad necesaria que requiere el tratamiento de los datos personales.
Cada nueva activación requiere de la creación de una nueva carpeta de documentación en la que se genera inicialmente el Diario de la emergencia, que está compuesto por el nombre del suceso; la fecha de este; el día de la activación; trabajadoras sociales activadas; un resumen inicial de la situación; actividades realizadas y actividades pendientes. La cumplimentación del diario de la emergencia es crucial para el seguimiento de la emergencia y la posterior evaluación de esta, por lo que ha de cumplimentarse diariamente.
A su vez, se creará una ficha social por cada persona víctima de la emergencia donde se cumplimentan los datos de la persona afectada; datos de familiares y/o allegados; genograma, si fuera necesario, e intervenciones realizadas; las fichas sociales nos son útiles para poder realizar rápidamente un seguimiento de la persona o familia, de manera particular, ya que aportan información mucho más concreta de las que generalmente se describen en el diario de la emergencia.
El equipo está formado por 8 trabajadoras sociales, y recientemente se ha creado un grupo de retén de 12 compañeras más para poder dar cobertura a nivel nacional, contando todas ellas con la formación necesaria en materia de intervención en emergencias.
Una vez el protocolo es activado por la directora de área, el equipo interviniente en la emergencia tiene que estar formado por un mínimo de dos trabajadoras sociales, y será ampliado, en el caso de ser necesario, por la directora del área en función de la magnitud, el número de afectados y el tiempo de activación de la emergencia. En función de dichas variables los niveles de emergencia, en los que profundizaremos más adelante, serían tres:
-Nivel 1: Intervención exclusiva con personal de la empresa, tras haberse producido un accidente grave en las instalaciones de esta.
-Nivel 2: Intervención en accidente múltiple en el que se producen varios fallecimientos o personas lesionadas.
-Nivel 3: Intervención en una gran emergencia o catástrofe con multitud de víctimas.
En cualquiera de los tres niveles nos encontraríamos frente a una emergencia social ya que, todas las situaciones conllevarían problemáticas sociales asociadas al generarse una situación objetivas de desprotección inicial, donde la persona podría encontrarse, de repente, sin medios personales, familiares y/o sociales que le proporcionen el apoyo o sustento necesario para las necesidades básicas.
Este sentimiento no solo es percibido por los trabajadores, sino que los directores/as, personal de recursos humanos, o los/as técnicos/as de prevención de la empresa también pueden sentir cierto desconcierto dependiendo, siempre, del nivel de la emergencia del que pueda derivarse el accidente de trabajo. Es por ello, que este protocolo está dirigido a todas las personas que van a intervenir en la emergencia ya sea de forma directa o indirecta.
En rasgos generales, las funciones del equipo de trabajo social en emergencias se pueden dividir principalmente de dos tipos: de carácter operativo y de gestión; y de intervención de carácter psicosocial.
En cuanto a las funciones de carácter operativo y de gestión de la emergencia:
-Valoración inicial de la situación de la emergencia con objeto de proporcionar una trabajadora social de referencia a la empresa protegida por FREMAP que acompañe a la persona referente (CEO, director/a; técnico de prevención; etc.) y poder prestar un asesoramiento en la gestión de la propia emergencia.
-Gestión de bases de datos y organización de la información.
-Realizar contacto con las personas afectadas, familiares y/o allegados, aportándoles información (esta función variará dependiendo del nivel de la emergencia)
-Mediación entre afectados y sistemas intervinientes como centros hospitalarios, servicios sociales, Seguridad Social, etc.
-Apoyar en la gestión de las posibles prestaciones (viudedad, orfandad, etc.)
-Aquellas funciones que puedan derivarse en el momento de la emergencia.
En cuanto a las funciones de intervención de carácter psicosocial:
-Proporcionar apoyo a las personas afectadas (empresarias/os y trabajadoras/es afectados), y si fuera necesario a sus familiares, para desarrollar las respuestas emocionales, intelectuales, cognitivas y sociales adaptativas a la reacción del trastorno de estrés agudo.
-Reforzar y canalizar las reacciones espontáneas de apoyo mutuo.
-Apoyar y auxiliar en el manejo de sentimientos y emociones.
-Evaluar las necesidades de acciones grupales.
-En el caso de existir fallecidos, realizar acompañamiento a los familiares en la gestión del duelo.
Con respecto a la gestión de la documentación, ésta ha sido creada por el grupo, y ha ido sufriendo modificaciones para su mejora ya que, no sirve tanto de facilitador de recogida de datos para la organización inicial, así como para la evaluación, en un momento posterior. Esta información es organizada en canales internos de la organización, que nos permiten tener la información en tiempo real, así como nos brinda la seguridad necesaria que requiere el tratamiento de los datos personales.
Cada nueva activación requiere de la creación de una nueva carpeta de documentación en la que se genera inicialmente el Diario de la emergencia, que está compuesto por el nombre del suceso; la fecha de este; el día de la activación; trabajadoras sociales activadas; un resumen inicial de la situación; actividades realizadas y actividades pendientes. La cumplimentación del diario de la emergencia es crucial para el seguimiento de la emergencia y la posterior evaluación de esta, por lo que ha de cumplimentarse diariamente.
A su vez, se creará una ficha social por cada persona víctima de la emergencia donde se cumplimentan los datos de la persona afectada; datos de familiares y/o allegados; genograma, si fuera necesario, e intervenciones realizadas; las fichas sociales nos son útiles para poder realizar rápidamente un seguimiento de la persona o familia, de manera particular, ya que aportan información mucho más concreta de las que generalmente se describen en el diario de la emergencia.
DESPLIEGUE
El presente proyecto se despliega para las empresas mutualistas de FREMAP, así como se le da continuidad dentro de los centros asistenciales de la red ubicados a nivel estatal. La atención se procura a través del Grupo de Intervención especializado formado por 8 trabajadoras sociales, y se mantiene por la trabajadora social de referencia de la clínica más próxima al domicilio de la persona accidentada o de los familiares de la misma.
RESULTADOS
El proyecto comenzó a implementarse en el año 2018, y desde entonces se ha activado en un total de 25 ocasiones. El primer año fue activado en dos ocasiones, de nivel 1; en 2019, se activó en tres ocasiones, dos de nivel 1 y una de nivel 2; durante el año 2020 tuvimos dos activaciones, una de nivel 1 y una de nivel 3, por la pandemia de la Covid-19 donde nuestros hospitales se convirtieron en brazos del Sistema Público de Salud, y desde donde se asistencia psicosocial a un total de 191 pacientes y familias.
El Protocolo de Emergencias no tiene ninguna activación durante el año 2021, creemos por la baja actividad laboral debida a las restricciones devenidas de dicha pandemia.
Sin embargo, durante el año 2022 y el 2023 se observa un crecimiento exponencial de las solicitudes de activación, con 7 y 11 intervenciones respectivamente, que creemos que coincide con la estrategia de divulgación del Protocolo, tanto a nivel interno de la organización, como a nivel externo.
En relación con los indicadores de evaluación, fueron reformulados tras la activación del nivel 3 derivado del Covid-19 donde realizamos una evaluación en profundidad y a través de la cual pudimos extraer los que datos que aquí se presentan dado que los anteriores no medían la consecución de los objetivos del proyecto de una forma correcta.
El alcance total de personas trabajadoras atendidas a través de atención psicosocial especializada ha sido, desde el año 2022 hasta la actualidad, de 206; mientras que el número de familias han sido 29.
De los resultados obtenidos en cuanto a la intervención psicosocial se desprende que en las 18 intervenciones realizadas la percepción de las personas trabajadoras sobre la actuación de la trabajadora social en el grupo de intervención tiene una media de 9,04 sobre 10 puntos siendo mayores las puntuaciones obtenidas en relación a la ayuda percibida; la mejora de la comprensión sobre el estrés agudo y las herramientas de afrontamiento adquiridas en la sesión; mientras que, en relación a la evaluación de la empresa, se obtiene una puntuación media de 9,6 puntos, destacando aspectos relacionados con la organización y el acompañamiento prestado desde el momento inicial del accidente hasta el cierre de la emergencia.
En relación a los indicadores de evaluación sobre organización y funcionamiento, el número de trabajadoras sociales activadas en cada emergencia nunca ha sido menos de dos y un máximo de 7 trabajadoras sociales ya que en las sesiones grupales, debe haber un mínimo de dos ya que si uno de los participantes decide abandonar la sesión tiene que ser acompañado fuera por si fuera necesario una realizar contención emocional. En relación la media de días transcurridos desde la fecha del accidente hasta la activación del protocolo es de 4,6 días; este punto ha de ser mejorado en posteriores intervenciones, así como debemos de extraer la variable del motivo de dicha dilatación temporal.
El número total de derivaciones o coordinaciones realizadas con instituciones oficiales, así como coordinaciones con organizaciones del Tercer Sector han sido de 15, coincidiendo todas ellas con la activación del nivel 3, en el resto de las intervenciones, tanto la asistencia sanitaria como la social ha sido cubierta por recursos internos.
Por último, no se tiene conocimiento que tras nuestras intervenciones hayan existido incapacidades temporales derivadas de Trastorno de Estrés Postraumático en los accidentes en los que hemos procurado esta atención desde los momentos iniciales, por lo que se deduce que esta atención precoz y humanizadora para las personas trabajadoras tiene un efecto positivo y, por ende, se cumple el objetivo general del proyecto.
El Protocolo de Emergencias no tiene ninguna activación durante el año 2021, creemos por la baja actividad laboral debida a las restricciones devenidas de dicha pandemia.
Sin embargo, durante el año 2022 y el 2023 se observa un crecimiento exponencial de las solicitudes de activación, con 7 y 11 intervenciones respectivamente, que creemos que coincide con la estrategia de divulgación del Protocolo, tanto a nivel interno de la organización, como a nivel externo.
En relación con los indicadores de evaluación, fueron reformulados tras la activación del nivel 3 derivado del Covid-19 donde realizamos una evaluación en profundidad y a través de la cual pudimos extraer los que datos que aquí se presentan dado que los anteriores no medían la consecución de los objetivos del proyecto de una forma correcta.
El alcance total de personas trabajadoras atendidas a través de atención psicosocial especializada ha sido, desde el año 2022 hasta la actualidad, de 206; mientras que el número de familias han sido 29.
De los resultados obtenidos en cuanto a la intervención psicosocial se desprende que en las 18 intervenciones realizadas la percepción de las personas trabajadoras sobre la actuación de la trabajadora social en el grupo de intervención tiene una media de 9,04 sobre 10 puntos siendo mayores las puntuaciones obtenidas en relación a la ayuda percibida; la mejora de la comprensión sobre el estrés agudo y las herramientas de afrontamiento adquiridas en la sesión; mientras que, en relación a la evaluación de la empresa, se obtiene una puntuación media de 9,6 puntos, destacando aspectos relacionados con la organización y el acompañamiento prestado desde el momento inicial del accidente hasta el cierre de la emergencia.
En relación a los indicadores de evaluación sobre organización y funcionamiento, el número de trabajadoras sociales activadas en cada emergencia nunca ha sido menos de dos y un máximo de 7 trabajadoras sociales ya que en las sesiones grupales, debe haber un mínimo de dos ya que si uno de los participantes decide abandonar la sesión tiene que ser acompañado fuera por si fuera necesario una realizar contención emocional. En relación la media de días transcurridos desde la fecha del accidente hasta la activación del protocolo es de 4,6 días; este punto ha de ser mejorado en posteriores intervenciones, así como debemos de extraer la variable del motivo de dicha dilatación temporal.
El número total de derivaciones o coordinaciones realizadas con instituciones oficiales, así como coordinaciones con organizaciones del Tercer Sector han sido de 15, coincidiendo todas ellas con la activación del nivel 3, en el resto de las intervenciones, tanto la asistencia sanitaria como la social ha sido cubierta por recursos internos.
Por último, no se tiene conocimiento que tras nuestras intervenciones hayan existido incapacidades temporales derivadas de Trastorno de Estrés Postraumático en los accidentes en los que hemos procurado esta atención desde los momentos iniciales, por lo que se deduce que esta atención precoz y humanizadora para las personas trabajadoras tiene un efecto positivo y, por ende, se cumple el objetivo general del proyecto.
EVALUACIÓN Y REVISIÓN
La evaluación del proyecto se lleva a cabo en la finalización de cada activación de emergencia, concretamente, como se ha especificado antes, en la post-emergencia. Los indicadores de evaluación para la evaluación de los objetivos específicos son los siguientes:
De organización y funcionamiento:
-Tiempo transcurrido desde que ha tenido lugar el accidente hasta que hemos intervenido.
-N.º de trabajadoras sociales activadas en la emergencia.
-N.º de coordinaciones realizadas con otras instituciones.
-N.º de derivaciones realizadas a servicios especializados de Psicología o Servicios Sociales comunitarios.
De intervención a nivel psicosocial:
-Percepción de la satisfacción obtenida a través de cuestionario adhoc para empleados/as
-Percepción de la satisfacción obtenida a través de cuestionario adhoc a las empresas.
-N.º de sesiones grupales realizadas
-N.º de familias atendidas.
-N.º de incapacidades temporales derivadas de TEPT tras el incidente.
De divulgación o visibilidad del proyecto:
-N.º de webinar realizadas a empresas mutualistas de FREMAP
-N.º de empresas participantes en la webinar.
-N.º de webinar realizadas a través de los colegios profesionales de trabajo social.
-N.º de asistentes a través de los Colegios Profesionales.
De cuidado del interviniente en la emergencia:
-Percepción del estado emocional de la trabajadora social tras la intervención realizada.
-N.º de Debriefing
Tras finalizar cada una de las activaciones, las trabajadoras sociales activadas en la emergencia realizan una sesión de Debriefing junto con la directora de área donde se ponen en común aspectos a mejorar de cara a las futuras intervenciones, por lo que el Protocolo en sí mimo se encuentra en evaluación permanente.
Asimismo, el Grupo de Intervención en Emergencias mantiene 4 reuniones presenciales donde se realiza la valoración de las emergencias de una manera global y se toman decisiones en conjunto.
De organización y funcionamiento:
-Tiempo transcurrido desde que ha tenido lugar el accidente hasta que hemos intervenido.
-N.º de trabajadoras sociales activadas en la emergencia.
-N.º de coordinaciones realizadas con otras instituciones.
-N.º de derivaciones realizadas a servicios especializados de Psicología o Servicios Sociales comunitarios.
De intervención a nivel psicosocial:
-Percepción de la satisfacción obtenida a través de cuestionario adhoc para empleados/as
-Percepción de la satisfacción obtenida a través de cuestionario adhoc a las empresas.
-N.º de sesiones grupales realizadas
-N.º de familias atendidas.
-N.º de incapacidades temporales derivadas de TEPT tras el incidente.
De divulgación o visibilidad del proyecto:
-N.º de webinar realizadas a empresas mutualistas de FREMAP
-N.º de empresas participantes en la webinar.
-N.º de webinar realizadas a través de los colegios profesionales de trabajo social.
-N.º de asistentes a través de los Colegios Profesionales.
De cuidado del interviniente en la emergencia:
-Percepción del estado emocional de la trabajadora social tras la intervención realizada.
-N.º de Debriefing
Tras finalizar cada una de las activaciones, las trabajadoras sociales activadas en la emergencia realizan una sesión de Debriefing junto con la directora de área donde se ponen en común aspectos a mejorar de cara a las futuras intervenciones, por lo que el Protocolo en sí mimo se encuentra en evaluación permanente.
Asimismo, el Grupo de Intervención en Emergencias mantiene 4 reuniones presenciales donde se realiza la valoración de las emergencias de una manera global y se toman decisiones en conjunto.
CARÁCTER INNOVADOR
En relación con el carácter innovador del proyecto, no se tiene conocimiento de bibliografía escrita en inglés o castellano de que exista otro proyecto similar al que aquí se presenta de atención psicosocial en emergencias derivadas de accidente de trabajo, por lo que el proyecto bebe de las funciones y competencias de los grupos de intervención en catástrofes y accidentes de los colegios profesionales, pero se adapta completamente a la intervención dentro de la empresa, y al acompañamiento a los pacientes dentro de las instalaciones sanitarias propias de FREMAP, como forma de tratar el accidente de trabajo desde una perspectiva holística e integral y desde la óptica biopsicosocial.
DIVULGACIÓN
La divulgación del Proyecto de Atención Psicosocial en Emergencias se lleva a cabo a través de varias líneas de actuación.
Por una parte, se ha incluido dentro de la Cartera de Servicios que ofrece FREMAP dentro del área de Trabajo Social a las empresas mutualistas; y se han llevado a cabo un total de 6 webinars desde el año 2021 con un alcance total de 908 empresas.
En relación a nuestro ámbito profesional, se han llevado a cabo durante el año 2023 se han llevado a cabo 8 webinars en diferentes Colegios Profesionales de Trabajo Social con un alcance de 131 personas.
Por otra parte, también hemos participación en el Congreso de Trabajo Social y Salud a través de una comunicación presencial, así como se han llevado a cabo diversas publicaciones en RRSS oficiales de FREMAP sobre la participación en simulacros específicos y la activación del Protocolo de Emergencias, siempre preservando el anonimato de la empresa en cuestión.
Por una parte, se ha incluido dentro de la Cartera de Servicios que ofrece FREMAP dentro del área de Trabajo Social a las empresas mutualistas; y se han llevado a cabo un total de 6 webinars desde el año 2021 con un alcance total de 908 empresas.
En relación a nuestro ámbito profesional, se han llevado a cabo durante el año 2023 se han llevado a cabo 8 webinars en diferentes Colegios Profesionales de Trabajo Social con un alcance de 131 personas.
Por otra parte, también hemos participación en el Congreso de Trabajo Social y Salud a través de una comunicación presencial, así como se han llevado a cabo diversas publicaciones en RRSS oficiales de FREMAP sobre la participación en simulacros específicos y la activación del Protocolo de Emergencias, siempre preservando el anonimato de la empresa en cuestión.
NIVEL DE APLICABILIDAD
Tras los buenos resultados obtenidos a través del Proyecto de Atención Psicosocial en emergencias, sobre todo en la atención precoz a las personas trabajadoras que sufren un accidente grave, así como a sus familiares y/o allegados y a las empresas mutualistas, pensamos que podría hacerse extensivo a otras mutuas colaboradoras con Seguridad Social u otros organismos sanitarios o sociosanitarios ya que el proyecto viene a complementar el ámbito médico y atender en la emergencia, no solo los aspectos sanitarios, sino también sociales y psicológicos poniendo en el centro a las personas de una forma integral.