En esencia, los talleres se centran en proporcionar un espacio educativo donde los profesionales farmacéuticos pueden colaborar estrechamente con los pacientes, brindando información detallada sobre los medicamentos utilizados en el tratamiento de la enfermedad mental, promocionar estilos de vida saludables (hábitos dietéticos y de actividad física, implicaciones del consumo de tóxicos…etc) y ofrecer apoyo emocional significativo. Así, se fortalece la comprensión de los pacientes sobre sus tratamientos y se contribuye a la desestigmatización al fomentar un diálogo abierto y comprensivo.
En el camino hacia la orientación individualizada, no basta con en explicar los aspectos técnicos de los medicamentos, sino que se ha de dar respuesta a las preguntas y preocupaciones de los pacientes respecto a los mismos. Los pacientes pueden aprender sobre los diversos tratamientos disponibles y comprender como funcionan, así como cuáles son sus efectos adversos y cómo identificarlos o cuándo solicitar ayuda desmitificando conceptos erróneos. Esto no solo mejora la adherencia al tratamiento, sino que promueve un ambiente de confianza y empatía.
Por otro lado, los talleres fomentan la construcción de una comunidad de apoyo a través de grupos de discusión, sesiones informativas y actividades colaborativas en donde los pacientes conectan con otros que se enfrentan a sus mismas dificultades disminuyendo así, la sensación de aislamiento característica de este ámbito.
También se ha de destacar que, al estar el farmacéutico en contacto directo tanto con el paciente como con el médico prescriptor, se facilita la transmisión de información relevante entre ambas partes, especialmente al inicio de nuevos tratamientos o cambios, seguimiento de la adherencia, identificación de efectos adversos e interacciones e incluso mediante la detección temprana de determinadas condiciones médicas.
Al abogar por una atención centrada en el individuo, los talleres de atención farmacéutica desempeñarían un papel clave en percepción general de salud y bienestar de los pacientes.
Por otro lado, según Díaz et al. (2014) la falta de conciencia del trastorno mental que se padece es el factor principal que dificulta la adherencia del paciente, así como la falta de apoyo familiar, social y el consumo de sustancia tóxicas.
Según Orozco et al. (2016) los profesionales sanitarios deben de ser quienes detecten la falta de adherencia y averiguar sus causas e intervenir con los recursos que se necesiten.
Finalmente, según Baez et al. se afirma que, si se maneja la adherencia desde la perspectiva de un equipo multidisciplinar, se influye de manera positiva en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.
De esta manera, la participación del farmacéutico a través de talleres de educación sanitaria puede suponer una mejora en la atención integral al paciente con enfermedad mental.
•Primera etapa: reclutamiento de pacientes.
El farmacéutico encargado del proyecto, en colaboración con el equipo médico del hospital y centros de salud mental asociados procederán al reclutamiento de los pacientes que puedan beneficiarse de los talleres que quieran participar de manera voluntaria.
Podrán incluirse todos los pacientes con edad comprendida entre los 16 y los 70 años, que posean trastorno depresivo o trastornos de la ansiedad, esquizofrenia o trastornos psicóticos y trastorno bipolar o trastorno límite de la personalidad, priorizando aquellos en los que exista sospecha previa de falta de adherencia y/o polifarmacia.
Se recogerán los datos de contacto del paciente para un primer contacto vía telefónica.
•Segunda etapa: Recogida de datos del paciente participante y creación de ficha de medicación del paciente.
Recogida de datos: De manera telefónica se hará una primera entrevista donde se crearán las fichas de los pacientes participantes, que recogerán los datos de contacto para concertar las citas de los talleres presenciales, médico a cargo del paciente, el diagnóstico del paciente, tratamiento activo, patologías concomitantes, hábitos de vida (ejercicio físico y alimentación) y sociales (familiar, estudio, trabajo…), variables antropométricas como peso y estatura, consumo de otras sustancias como drogas de abuso, hábito tabáquico, fitoterapia, suplementos vitamínicos, productos de suplementación deportiva…etc.
Ficha de medicación: se generará una ficha de medicación por paciente con sus fármacos, dosis, frecuencia de administración…etc y se asociarán mensajes asociados a los mismos que orienten al paciente en para qué se usas, cómo y cuándo tomarlos (por ejemplo, con o sin alimentos), efectos adversos más comunes, interacciones relevantes con otros fármacos…etc. Esta ficha también servirá al paciente para tener una “foto” de su tratamiento y orientar las dudas que posean sobre el mismo.
También se concretará con el paciente la franja horaria y disponibilidad para asistir a los talleres.
•Tercera etapa: creación de grupos.
Se admitirá un máximo de 10 participantes por grupo y en la medida de lo posible, se crearán 4:
-Atención infanto-juvenil: pacientes de edad comprendida entre los 16 y los 21 años.
-Atención al paciente con trastorno depresivo y/o ansiedad,
-Atención al paciente con esquizofrenia y/o trastornos psicóticos.
-Atención al paciente con trastorno bipolar y/o límite de la personalidad.
En cualquier caso, se priorizará la disponibilidad horaria de los pacientes si es necesario, por encima de las categorías de grupo, habilitando dos franjas horarias (mañana y tarde).
Finalmente se concertará con los pacientes vía telefónica las fechas y franjas horarias de los talleres a realizar.
•Cuarta etapa: Talleres presenciales
Se realizarán 5 talleres en total, organizando a los grupos para desarrollar el total de la actividad a lo largo de 5 semanas, con una duración de una hora y media por cada taller (45 minutos de contenido teórico y 45 minutos de debate y turno de preguntas) excepto el primer y último taller que constarán de dos horas de duración (30 minutos extra destinados a presentación de participantes y cumplimentación de escala de adherencia en el primer taller, y en el caso del último taller para despedida y cumplimentación de encuesta de satisfacción).
Los talleres poseerán el siguiente contenido resumido:
-Conciencia de enfermedad: ¿qué características posee mi enfermedad?
-Tratamiento: ¿para qué sirve y como actúa mi tratamiento? Importancia de la adherencia.
-Efectos adversos, interacciones e identificación de señales de alarma: ¿qué efectos adversos provoca mi tratamiento? ¿cuándo solicitar ayuda o consejo médico-farmacéutico?
-Formas farmacéuticas y formas de administración.
-Hábitos saludables y estilo de vida.
•Quinta etapa: Elaboración de informes individualizados y seguimiento al paciente.
Se elaborarán informes individualizados por paciente en los que se recojan aquellas intervenciones que se consideren necesarias desde la perspectiva del profesional farmacéutico en cuanto al tratamiento del paciente, así como recomendaciones higiénico-sanitarias o detección de factores comórbidos. Estos informes se remitirán a los médicos a cargo y podrán constar en la historia clínica del paciente.
Se pactará con los pacientes la posibilidad de contacto vía telefónica cada 3 meses para observar que no haya alteraciones en la adherencia al tratamiento o alguna duda o cuestión importante que atender.
•Sexta etapa: Repetir las 5 etapas cíclicamente a lo largo de 12 meses.
•Séptima etapa: Tras la finalización de cada año de actividad, análisis de resultados e intervenciones realizadas por parte del farmacéutico, creación de informes e identificación de puntos de mejora.
A lo largo de toda la etapa de intervención, además de los informes individualizados, se cumplimentará una base de datos donde se registrarán las intervenciones realizadas por el farmacéutico y comunicadas al médico a cargo en caso necesario (por ejemplo, datos de adherencia de los pacientes, circunstancias médicas nuevas, detección de interacciones y efectos adversos, detección de hábitos de vida poco saludables…etc.) así como la evolución o cambios encontrados durante la etapa de seguimiento.
Se pretende crear un espacio seguro y de confianza donde el paciente pueda expresarse sin miedo y sin percepción de estigma. Donde la creación de vínculos entre paciente y profesional sanitario, así como su acompañamiento se conviertan en un requisito indispensables durante el curso de la enfermedad y como garante de salud.
Los talleres siempre estarán enfocados en resolver prioritariamente dudas e inquietudes de los pacientes, por encima del contenido teórico puro. Garantizando así el empoderamiento de los pacientes y el dinamismo de la actividad.
Durante la realización de los talleres, se aportará a cada uno de los pacientes el material necesario como la ficha de medicación, libreta de apuntes y bolígrafo.
Durante el primer taller se procederá a la presentación de los participantes y a la cumplimentación de una escala de adherencia.
Durante el último taller se procederá a la despedida y formalización del vínculo profesional-pacientes y a la cumplimentación de una encuesta de satisfacción.
Durante la realización de todos los talleres se dispondrá de apoyo audiovisual para el contenido teórico y se destinará tiempo suficiente para establecer mesa de debate, turno de preguntas y respuestas y resolución de dudas.
Para ello, será indispensable el compromiso por parte de la institución en la cesión del espacio y el equipamiento adecuado.
El desarrollo de los talleres a lo largo de 5 semanas con 4 grupos distintos de pacientes podría organizarse de la siguiente manera:
Semana 1:
-Grupo A: Taller 1
-Grupo B: Taller 2
-Grupo C: Taller 3
-Grupo D: Taller 4
Semana 2:
-Grupo A: Taller 2
-Grupo B: Taller 3
-Grupo C: Taller 4
-Grupo D: Taller 5
Semana 3:
-Grupo A: Taller 3
-Grupo B: Taller 4
-Grupo C: Taller 5
-Grupo D: Taller 1
Semana 4:
-Grupo A: Taller 4
-Grupo B: Taller 5
-Grupo C: Taller 1
-Grupo D: Taller 2
Semana 5:
-Grupo A: Taller 5
-Grupo B: Taller 1
-Grupo C: Taller 2
-Grupo D: Taller 3
Mediante este esquema, se asegura una distribución equitativa.
Es importante, la colaboración por tanto del equipo médico y de enfermería a cargo del paciente, aunque no estén implicados directamente en el desarrollo de los talleres de manera inicial
El farmacéutico se encargará de cumplimentar la base de datos con los datos del paciente, las intervenciones realizadas relacionadas con el tratamiento farmacoterapéutico comunicadas al médico prescriptor y su grado de aceptación, los datos de adherencia obtenidos al inicio de los talleres, a los 3 meses de seguimiento y cada período consecutivo de 3 meses, detección de cambios en el curso de tratamiento y/o enfermedad a lo largo del seguimiento, grado de satisfacción…etc.
Posteriormente se procederá a la explotación de datos de manera anual para analizar la existencia o no de mejora en la adherencia terapéutica, grado de satisfacción del paciente, efectos indeseables del tratamiento detectados y resueltos, potenciales interacciones farmacológicas resueltas o evitadas…etc.
Se revisarán puntos críticos del proyecto donde poder incidir y mejorar, aspectos relevantes a incluir o elementos prescindibles. Se contará siempre con la opinión de los pacientes, dando voz a los verdaderos protagonistas. Se adaptará un apartado de la encuesta de satisfacción proporcionada al finalizar los talleres, para que los participantes puedan exponer aquello que les gustaría mejorar, incluir o evitar, así como capacidad de expresar sus emociones y sus sensaciones sobre la actividad de manera libre. También se llevará a cabo durante el seguimiento posterior.
Cabe destacar que los pacientes pueden pertenecer al programa durante el tiempo que deseen y pueden abandonar de manera voluntaria en cualquier momento.
El camino hacia una atención humana y personalizada en la salud mental, pasa por el uso de los recursos específicos que cada profesional sanitario puede aportar, a fin de mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Se redactará un documento que recoja la información necesaria para la implantación del proyecto, así como una instrucción de trabajo, con acceso público para favorecer la implantación en otros hospitales o centros.
Se podrá evaluar la participación de los pacientes, de manera voluntaria, en realizar una campaña de divulgación sobre conciencia de enfermedad y adherencia terapéutica, con la participación del farmacéutico en la que se relate de manera audiovisual las experiencias y beneficios encontrados en el proyecto de los talleres de atención farmacéutica.
Se contactará con asociaciones de pacientes del ámbito de la salud mental para que sean conocedores de la implantación de la actividad y puedan remitir a otros pacientes que puedan beneficiarse de la misma.
Se estudiará la creación de una plataforma en formato web o app en la que los pacientes puedan interactuar con el farmacéutico.
Se trata de un proyecto fácilmente aplicable en cualquier estamento que cuente con un profesional farmacéutico (hospitales, atención primaria…) ya que los recursos necesarios para su desarrollo no son excesivos y, sin embargo, se brinda una intervención asistencial integral ofreciendo beneficios sustanciales tanto para los pacientes como posiblemente para el sistema de atención sanitaria en su conjunto.