Es un edificio histórico, interesante pero anticuado y poco funcional, cuya reforma y adecuación es un paso significativo hacia la mejora de la experiencia del paciente mediante la humanización de los espacios. Nuestra estrategia se ha centrado en acciones específicas, abordando el rediseño actualizado de la espera principal, creando una nueva área de espera en un patio infrautilizado, y renovando las consultas de la planta baja, todo ello con el objetivo de crear un entorno más cómodo, acogedor y centrado en el bienestar del paciente.
La espera principal necesitaba una expansión, para eliminar la necesidad de que los pacientes aguarden su turno en la calle, en la llamada “cola de la vergüenza”, contribuyendo a la seguridad y privacidad de los usuarios al evitar exposiciones innecesarias. La nueva área de espera se caracteriza por un diseño cálido y acogedor, alejándose de la típica estética sanitaria, retirando las bancadas de espera y sustituyéndolas por sillas de colores en torno a una rampa, que se decora con motivos azules abstractos, en un mural de vinilo, que sirve también de protección de la pared. Este mural limpia los paramentos del ruido visual y carteles que había anteriormente.
La nueva área de espera en un patio existente, cubriendo la zona y decorándola para generar un entorno digno y agradable, tranquilo y sereno, con la presencia de plantas, macetas, madera, asientos cómodos y elementos visuales agradables. La intención es brindar a los pacientes la opción de esperar en un entorno distendido, rebajando el estrés y la ansiedad de las personas usuarias, todas en una situación delicada.
La renovación de las consultas se ha realizado a través de acabados modernos y agradables que transforman visualmente los espacios de atención médica. La introducción de vinilos en las paredes con motivos tranquilos agrega un toque artístico y relajante, creando un ambiente que promueve la serenidad y armonía. La elección de mobiliario más doméstico en las consultas refuerza la idea de que estos espacios deben ser acogedores y centrados en el bienestar del paciente.
La atención meticulosa y al detalle se lleva también a la señalética específicamente diseñada para formar parte integral del conjunto. Esta señalización no solo cumple su función práctica de orientar a los pacientes de manera clara y eficiente, sino que también se integra estéticamente con el diseño general del espacio.
El objetivo final es proporcionar un espacio acogedor y centrado en el bienestar del paciente, desafiando las percepciones tradicionales de los entornos sanitarios y promoviendo experiencias positivas durante la atención médica.
Este proyecto refleja un compromiso sólido del estudio Virai-Parra Müller con la mejora continua de la experiencia del paciente y la creación de entornos de atención médica dignos y humanizados.
A pesar de que el centro en su totalidad está anticuado, era urgente y necesario acabar con la cola de espera en la calle, y ello implicaba una adecuación de la espera en las zonas de la planta baja, en las que se ofrece el primer contacto: triaje y consulta.
La oportunidad de contar con un espacio infrautilizado en el corazón de la planta, en la zona exterior del patio del ascensor, permitió generar un desahogo para incorporar una segunda espera, junto a las consultas, duplicando la superficie destinada a espera, y zonificando su uso en función de si es antes o después del paso por el triaje.
La transformación del espacio se produce a nivel acabados, debido a las necesidades de rapidísima ejecución y de ajustado presupuesto. Esto, en vez de ser un obstáculo, se utiliza como resorte para conseguir el mejor proyecto posible.
Al existir una fecha cerrada de inauguración, todo debía hacerse para que el centro estuviese terminado en dicha fecha.
Tiempo de desarrollo de proyecto de diseño: 1 semana
Tiempo de desarrollo de la implementación en obra: 3 semanas
La implementación de demoró una semana, debido a los tiempos de la constructora y a los retrasos en la entrega de materiales, pero igualmente se llegó a tiempo a la inauguración, que también se retrasó.
La intervención va un punto más allá de una decoración amable: se trata de conseguir que a las personas que deben ir allí, no les importe pasar unas horas, porque el entorno es lo suficientemente agradable y distinto, como para que se olviden un poco de sus problemas de salud.
Facilitar la espera, suavizar el momento y rebajar la ansiedad está detrás del resto de decisiones de diseño aplicadas.
Nada más; nada menos.
De la mano del jefe de servicio y de las enfermeras del área, se desarrolló el proyecto incorporando sus necesidades a nivel asistencial y funcional.
Durante el corto tiempo de desarrollo de proyecto, varios miembros del estudio Virai recabaron opiniones de 3 personas que habían utilizado los servicios del centro Sandoval, pidiéndoles que respondiesen a tres sencillas preguntas:
1. ¿Cómo te sentías cuando ibas a entrar en el centro?
2. ¿en qué pensabas cuando estabas esperando?
3. ¿qué cambiarías de tu experiencia allí?
Las tres personas coincidieron en resaltar la humanidad del equipo profesional, y la angustia al entrar en el centro. Dos personas destacaron la falta de intimidad en todo el edificio. Dos personas indicaron que no querían volver nunca, en parte por su diagnóstico y en parte porque el espacio les agobiaba mucho.
Desde estos puntos de partida, se generó un entorno diferente, con espacios con un ambiente más «domesticado», con luz natural, elementos visuales de evasión, impregnando los espacios de un carácter desenfadado y no sanitario.
Las obras, el equipamiento y el mobiliario reforzaron estas ideas principales.
La organización propietaria del centro, también dedicó los recursos necesarios a nivel de personal, refuerzos y apoyo, para llegar a tiempo.
Virai quiere proceder a una evaluación del proyecto con recogida de información cualitativa, en torno a la percepción de todos los usuarios: pacientes, profesionales y acompañantes.
En una visita posterior al centro, se estableció contacto con una persona del equipo de enfermería del proyecto y con una persona que se encuentra en el punto de recepción y llegada, al quienes se les solicitó un feedback, de modo que el estudio de arquitectura pudiese desarrollar una evaluación consistente del proyecto, de cara a proponer su replicabilidad.
Desde el equipo de enfermería, se nos trasladó el conjunto de comentarios y opiniones de las personas usuarias, que siempre fueron positivos, con frases literales tipo:
«Parece que estoy yendo a una cafetería, en vez de a recoger resultados de mi contagio»
«Me gusta esperar mirando las ventanas de madera vacías, me da calma».
«Parece que estamos esperando en la calle, con la luz natural, pero protegidos de la mirada morbosa de lagente»
«Soy del barrio. La vez que estuve esperando en la calle, me avergoncé tanto que estaba pensando no volver nunca. Ahora, entro discretamente y espero en un interior muy agradable, que parece la casa de un amigo»
Sería necesario ampliar la muestra para recabar de manera más formal, información y feedback.
Repensar la espera, sus espacios y diseños, y generar un entorno al que nos apetezca ir, es tan necesario, como innovador su resultado.
Como la inauguración ha sido muy reciente, aun no se ha hecho difusión del proyecto.
El nivel de replicabilidad es muy alto, debido a la sencillez de los recursos, y al presupuesto ajustadísimo que ha supuesto.