La necesidad social anclada en esta realidad pone de relieve no solamente el desafío de acoger a las personas mayores en el seno de diferentes servicios sociales, sanitarios, culturales o cívicos, sino ante todo hacerles partícipes activos, decisores de las propuestas creadas. Se trata de trabajar para apoyar y mantener las capacidades funcionales y mentales de las personas para permitir su bienestar hasta una edad avanzada.
Esto implica reflexionar e influir en el diseño de entornos, experiencias, productos y servicios que permitan a las personas vivir una vida independiente y satisfactoria. Según la OMS, el envejecimiento activo es “el proceso en el que se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen. Potenciar un envejecimiento activo debe fomentar el potencial de las personas y aumentar su participación social, además de mantener la autonomía y la independencia”.
El objetivo del proyecto CLL-Combining Living Lab: de necesidades reales a soluciones co-creadas para el envejecimiento activo es el de impulsar la participación activa de los mayores de 65 años en la toma de decisiones en relación al diseño de servicios y productos que fomenten su autonomía, el envejecimiento activo (EA) y la prevención de la institucionalización, fomentando la permanencia en el domicilio.
Metodología: Se utilizó “Design Thinking” (diseño centrado en el usuario) del Doble Diamante, un proceso de innovación sistemático que alterna fases de divergencia y convergencia, priorizando la empatía con los usuarios finales, prestando especial atención a sus deseos y necesidades, con el objetivo de comprender exhaustivamente el problema y desarrollar partiendo de esa base soluciones más eficaces, integrales y adaptadas. La metodología garantiza una aparición consciente y creativa de las soluciones desde la perspectiva vivencial, observacional y holística. Se propone como un enfoque adecuado tanto para la definición de las necesidades y retos, como para la propuesta de soluciones.
Resultados: se desarrollaron 3 productos o servicios adaptados a las necesidades detectadas, siendo testeados por los participantes con una valoración favorable. La participación activa, empodera e involucra. Se ha desarrollado un sistema de gestión y medición de proyectos de innovación con impacto en el marco de actuación del proyecto, extrapolable a otras entidades.
En 2050 España será uno de los países más envejecidos del mundo, 14 millones de personas > 65 años, 30% de la población, razón que invita a reflexionar sobre cuáles serán los retos relacionados con el envejecimiento activo, participativo e inclusivo acorde a las necesidades de los mayores. La estructura social de Europa (y España) refleja cada vez más necesidades de adelantarse a posibles situaciones masivas, generalizadas de soledad, dependencia o desarraigo de las personas que fuera de los entornos profesionales quedan expuestas a nuevos retos tanto de salud y bienestar, como de socialización y participación activa en la sociedad.
Que la población viva más años supone una gran fuente de oportunidades y un desafío para el Estado de Bienestar. ¿Cómo serán las pensiones en 2050? ¿Qué podemos hacer para retener a la población en edad más avanzada que quiera trabajar o desempeñar actividades de voluntariado? ¿Cómo impulsamos el envejecimiento activo, saludable, a su vez inclusivo y accesible a amplios grupos sin prejuicio a los recursos económicos? ¿Qué necesitamos para mejorar la cohesión intergeneracional y garantizar mejor bienestar colectivo pero también mejorar los índices de soledad o generar nuevas formas de atención a diferentes grados de dependencia?.
Para suplir las actuales carencias del sistema de apoyo al envejecimiento y prevenir la institucionalización de las personas mayores, es necesario partir de un enfoque más participativo, más bottom-up y más abierto. Todo esto, dando la voz, el poder decisorio y la capacidad de validación al colectivo de las personas mayores en todo el proceso de detección, categorización de retos y problemas concretos, durante el desarrollo de soluciones y pruebas, llegando hasta el testeo en entornos cotidianos.
Tal y como consta en lo estipulado en la agenda 2030, se puede verificar una clara relación entre el éxito en el desarrollo de las soluciones enfocadas a potenciar la salud y bienestar de las personas, y la participación y adherencia de los pacientes, la familia y la comunidad, en todo el proceso de toma de decisiones, desde la detección de las necesidades, el diseño de soluciones y los procesos de implantación.
Porque el valor se genera en la relación entre el paciente/ciudadano y el sistema, la creación de modelos de prestación de servicios centrados en la persona respondiendo así mejor a sus necesidades y fomentando la autonomía y el envejecimiento activo.
En este marco, los retos del presente estudio abarcan un proyecto piloto centrado en delimitar los desafíos a los que nos enfrentamos en este ámbito, de la manera más pormenorizada posible, y trabajar de manera colaborativa en la definición de soluciones. Las situaciones de dependencia, soledad, ausencia de actividad (física, mental, social) o una inclusión y accesibilidad reales tan acuciantes entre las personas mayores, no pueden definirse y proponer soluciones viables sin una participación activa de los distintos agentes del ecosistema comenzando, de forma imprescindible, por las propias personas mayores, seguidas por los cuidadores, familiares, representantes de sistemas de atención social y sanitaria, organizaciones sociales, incluso desde la investigación.
El objetivo del proyecto CLL-Combining Living Lab: de necesidades reales a soluciones co-creadas para el envejecimiento activo es el de impulsar la participación activa de los mayores de 65 años en la toma de decisiones en relación al diseño de servicios y productos que fomenten su autonomía, el envejecimiento activo (EA) y la prevención de la institucionalización, fomentando la permanencia en el domicilio.
Objetivos específicos
1. Empoderar a los mayores de 65 años (en adelante “mayores”) en la toma de decisiones en relación al diseño de servicios/productos que fomenten su autonomía, envejecimiento activo y desinstitucionalización.
2. Definir prioridades de atención en relación con la autonomía, el envejecimiento activo y la desinstitucionalización dando voz a los mayores de 65 años, en base a sus preferencias y necesidades.
3. Idear soluciones creativas e innovadoras, tecnológicas o de servicios, que den respuesta a las necesidades priorizadas por los mayores de 65 años en la fase anterior.
4. Prototipar soluciones innovadoras, que permitan el desarrollo de productos o servicios que respondan a las necesidades identificadas por los mayores de 65 años, en base a sus preferencias. Desarrollar en el laboratorio de fabricación digital producto de servicio o de apoyo viable que ofrezca a los mayores una primera experiencia de usuario, valorar y validar la funcionalidad así como el modelo de aplicación/intervención.
5. Implantar la solución prototipada en la fase anterior en población mayor de 65 años, a nivel de intervención social. Implantar la solución desarrollada, en población mayor de 65 años a modo de pilotaje de una intervención social diseñada por y para el colectivo de mayores.
6. Evaluar el impacto social del programa, a través de la identificación de outputs, outcomes y resultados de impacto. Establecer un sistema de gestión y medición de impacto del programa basado en preferencias de usuarios, integrando resultados operativos y de transformación o cambio.
• Actividad 1: primera fase de Design Thinking (DT): Empatiza. Plantea como objetivo identificar necesidades reales del colectivo objeto de estudio.
•Actividad 2: segunda fase del DT: Define. Plantea como objetivo analizar las necesidades detectadas en la fase anterior y sintetizarlas para definir los problemas centrales identificados por los participantes, personas mayores y profesionales sociosanitarios, permitiendo de ese modo una priorización de temas de manera colaborativa.
• Actividad 3: tercera fase del DT: Idea. Plantea como objetivo promover la generación de ideas o soluciones integrando diferentes puntos de vista, tanto de profesionales como de personas mayores, con el objetivo final de generar la mayor cantidad de ideas posible. Se utilizaron técnicas basadas en la creatividad como brainstorming (lluvia de ideas), lista de atributos y brainwriting (escritura de ideas).
La planificación inicial contemplaba una serie de actividades secuenciadas, sin embargo, debido a la disponibilidad de un presupuesto menor al solicitado, se han debido de realizar cambios en la organización de tiempos y recursos, afectando a las actividades 1, 2 y 3. Estas se agruparon para llevarse a cabo en un mismo día, lo que implicó un reajuste en la preparación de sesiones, que por otro lado permitió adaptarnos a las características de los participantes (usuarios y horarios de los centros de día), así como atender al gran interés mostrado por los Centros Municipales de Mayores (CMM) en participar. Se hicieron, por tanto, 5 sesiones en 5 centros distintos, desarrollando en cada sesión la fase de empatía, definición e ideación.
El proyecto se ha centrado en la identificación de áreas relevantes de intervención para mejorar la calidad de vida, autonomía e independencia de las personas mayores. Se ha dado especial énfasis a la inclusión de tecnología útil para prevenir problemas de salud, sobre todo fuera del entorno domiciliario, así como para combatir la soledad en aquellos perfiles de usuarios que viven solos o tienen poca compañía en su tiempo libre.
• Actividad 4: cuarta fase del DT: Prototipa. El propósito de esta etapa es crear versiones reducidas y poco costosas del/los producto/s o servicio/s (o solo un fragmento), que resuelvan de manera creativa las necesidades detectadas y priorizadas en la fase anterior. Para ello, se realizaron sesiones de co-diseño de producto con herramientas de prototipado de bajo coste, según la metodología propia del entorno Fab-Lab (laboratorios de fabricación digital – https://www.fablabs.io).
• Actividad 5: quinta fase del DT: Testea. El propósito de esta etapa es que las personas mayores puedan probar la solución aportada en el contexto real para valorar si realmente responde o no a su necesidad de fomento de la autonomía, el envejecimiento activo y la prevención de la institucionalización.. Para ello, se invitó a una última sesión de trabajo en las instalaciones del SOUL-living lab, en la Fundación San Juan de Dios, donde se les presentaron las distintas soluciones desarrolladas, y los participantes pudieron interaccionar con los productos/servicios, validando su uso, funcionalidad y adecuación a sus expectativas. Se debatió sobre las barreras, oportunidades de la implementación de dichas soluciones.
• Actividad 6: Desarrollo de grupos de expertos con la participación de personas > 65 años usuarias del producto tecnológico o servicio implantado para definir el impacto social de los mismos. Se siguieron los principios establecidos por la Cátedra de Impacto Social de la Universidad Pontificia Comillas con respecto a la medición y gestión de impacto, garantizando la identificación de preferencias en la monitorización de los cambios que las personas involucradas quieren ver a través del proyecto. A quién se dirige: Personas >65 años atendidas en los centros municipales de mayores y centros de atención de mayores de la CAM.
• La respuesta de los CMM fue alta, renunciando a participar únicamente 1 de los centros contactados. En el resto, se identificó el proyecto como una oportunidad para poner voz a los mayores y a los profesionales, y entender qué productos o servicios tenían que incorporar para mejorar los resultados en salud, y sociales de las personas atendidas.
• La diversidad de centros nos permitió disponer de una muestra de participantes de distinta tipología en cuanto a nivel de dependencia, status socioeconómico, entorno y características de los diferentes barrios… para analizar las posibles diferencias en las necesidades manifestadas por los mayores.
• Se desarrollaron 5 sesiones en los siguientes centros de día de la Comunidad de Madrid, con la participación de 83 usuarios.
• Diversidad de la Tercera Edad y segmentación: no deben ser definidos sólo por edad o salud; tienen características y criterios únicos. Hay múltiples segmentos dentro del grupo de adultos mayores, cada uno con sus propias necesidades y desafíos.
• Otro factor a tener en cuenta es la diferenciación existente entre las preocupaciones de mayores que viven en soledad y aquellos que viven en pareja o en compañía de otros (familiares o amigos).
• Las relaciones que desean mantener de forma continuada son de proximidad. Desarrollan un espíritu de comunidad con aquellos de su cercanía, bloque de viviendas, barrio…
• Edad biológica vs necesidades reales: confiar únicamente en la edad biológica como indicador de necesidades puede conducirnos a extraer conclusiones sesgadas.
• Espacios digitales seguros: necesidad de confianza en la tecnología y evitar el aislamiento digital.
• Alta vulnerabilidad y elevada desconfianza ante nuevas tecnologías que no vengan presentadas por personas de su confianza.
• Impacto de la jubilación: las repercusiones varían según la profesión y el estatus social al jubilarse.
• Deterioro cognitivo: es una preocupación principal, pero también hay adaptación y a veces resignación.
• Soledad: es una experiencia frecuente, con impactos variados según el individuo.
• Pérdida de seres queridos: deja cicatrices emocionales profundas.
• Aceptación de la muerte: la mayoría de los participantes no temen a la muerte y la aceptan con resiliencia.
• Deseo de ser valorados: quieren ser escuchados, participar activamente y no ser vistos como una carga.
• Relevancia de cambiar percepciones: es vital modificar cómo vemos y tratamos a las personas mayores y atender sus necesidades con respeto e inclusión.
• Algunos sacrifican privacidad por seguridad.
A lo largo de estas sesiones, los participantes relataron experiencias y situaciones que pueden constituir una oportunidad en el desarrollo de soluciones concretas a necesidades reales, tales como:
• La independencia nocturna.
• La capacidad de moverse por el entorno de forma segura.
• La inseguridad de los entornos digitales y la sensación de vulnerabilidad.
• La incapacidad de asimilar nuevas tecnologías a la velocidad que son presentadas.
• La dificultad para realizar tareas digitales sencillas como la compra de entradas.
• La autopercepción de su fragilidad física.
• La autopercepción de su deterioro cognitivo.
• En el grupo del “mayor”, podemos encontrar a “mayores” que cuidan de otros “más mayores” dependientes.
• La sensación de sentirse una carga para sus familias.
• La necesidad generada por la preocupación de las familias por su seguridad, manteniendo la privacidad que elija la persona mayor.
• Los living labs se emplean para añadir valor al proceso de innovación. Una de las bases metodológicas es el desarrollo de la «fertilización cruzada abierta», que promueve un proceso de aprendizaje entre los creadores de soluciones y los usuarios finales para reunirse, discutir y negociar juntos. Es decir, abrir procesos de reflexión colectiva y de ampliar los vínculos entre los diseñadores y los usuarios finales; entre las empresas y el mundo académico, la investigación y los ciudadanos.
• En el desarrollo de propuestas de soluciones relacionadas con las personas mayores, es imprescindible estar al lado del usuario para ver cómo este colectivo interactúa con las soluciones actuales y cómo redefinir los retos aún no cubiertos, en respuestas adecuadas a medida de este segmento poblacional. Pero también es necesario considerar los “puntos blancos” en el mapa de las necesidades de las personas mayores, no cubiertas y posiblemente aún no detectadas y adelantarse a la oferta actual.